La purga con Tabaco

Cuando se practica la medicina tradicional es importante aprender a respetarla. Para ello la primera etapa consiste en observar sus reglas y posicionarse pensando prioritariamente en la purificación. Entonces el conocimiento, la sabiduría y el bienestar vendrán por añadidura.

Cuando hablamos de purga, unas primeras palabras nos vienen a la mente por asociación: liberarse, evacuar, descargar, soltar, eliminar, desobstruir, y además sugiere la impresión que hay algo que sacar que está en exceso, que es tóxico, que pesa, que es malo. Entendemos que cuando se purga es para sentirse más ligero, para estar mejor. Así purgar es el sacrificio necesario para liberarse de las retenciones físicas, psicológicas, emocionales y espirituales que obstruyen una sana existencia.

Tradicionalmente la purga en la Medicina Amazónica es una ceremonia que va a combinar el efecto físico de una planta purgativa o emética, potenciando sus efectos sobre los niveles psíquicos y espirituales mediante una acción ritual.

El tabaco es una de las principales “plantas maestras” de la Medicina Amazónica para este fin y es usada desde muchos siglos antes que se oyera hablar de “conquistas y descubrimientos”. Está presente en todos sus rituales y es considerada “Medicina Rey” por algunos maestros curanderos.  El tabaco es considerado una planta “sagrada” cuya acción es muy profunda y actúa a diferentes niveles de manera simultánea.

Para la Medicina Amazónica el tabaco es una de medicinas más fuertes. Limpia físicamente y clarifica los campos emocionales, refuerza el espíritu de decisión, levanta el ánimo, nos pone de pie, incita a la valentía y la rectitud. Al mismo tiempo reestructura y protege el cuerpo energético, da calor. Su energía es masculina, solar, y nos ayuda a enraizar, a conectar con el mundo espiritual con los pies en la Tierra. Es una planta de fuego ligada a la acción y poderoso estimulante de la capacidad onírica. 

También es una excelente oportunidad para sanar la relación con el tabaco...