DIETA EN LA AMAZONIA
Artículo publicado en la revista Ulises 11
(2009).
Considerada una de las técnicas de
trabajo personal de sanación, iniciación y aprendizaje más eficaces y poderosas
de los curanderos y maestros vegetalistas de la Amazonía occidental, la dieta
consiste en un retiro temporal en la selva en total aislamiento, en profundo
contacto con la Naturaleza, trabajo con estados modificados de conciencia y
toma combinada de distintas Plantas Sagradas o Maestras bajo un determinado y
riguroso régimen alimentario, incluido el ayuno si es necesario. El objetivo es
provocar una profunda depuración a todos los niveles para eliminar aspectos que
bloquean la sensibilidad, estimular la capacidad onírica y potenciar el trabajo
de introspección.
El retiro ha tenido mucha importancia en
todas las culturas, y es un período en que la persona se aleja del mundo que
conoce, sus hábitos y comodidades, desconecta de sus rutinas, se aísla, todo
ello con el propósito de renovarse,
purificarse, ganar energía, sensibilidad y claridad. Cada cultura
dispone de unas técnicas concretas: meditación, respiración, ayunos, oración,
cantos, danzas o ingesta de plantas, pero el factor común en todas ellas es un
periodo de aislamiento para un posterior regreso al mundo con una renovación
física, psíquica, emocional y espiritual.
Lo que se
llama dieta en el contexto de la Medicina Tradicional Amazónica implica mucho
más que abstenerse de consumir determinadas sustancias o alimentos. Es un
estado de purificación, de retiro, quietud, silencio, reflexión,
meditación, compromiso, respeto y conexión con todo lo que nos
rodea.
Podemos estructurar la dieta en las siguientes
partes: la purga, las sesiones de Ayahuasca, el retiro y la post-dieta.
La purga
Las purgas tienen mucha importancia y es una práctica habitual en la
Amazonía occidental. Consiste en la ingesta de un brebaje a base de plantas,
generalmente eméticas, en un proceso que puede durar varias horas, y que
provoca una depuración a todos los niveles, expulsando del cuerpo tanto toxinas
como emociones negativas, preparando el cuerpo para entrar limpio a la dieta.
Aparte de la depuración física, las purgas ayudan a devolver, soltar y expulsar
contenidos negativos que hemos ido “tragando” en la vida. Con la purga, se
estimula además la capacidad onírica.
Hay varias plantas
que se utilizan para purgar. Una de las principales es la Yawar Panga
(Aristolochia didyma) que provoca una poderosa depuración sobretodo a nivel
abdominal y psico-emocional. Se toma una pequeña dosis del jugo de la planta
fresca y abundante agua (de 3 a 6 litros). Es utilizada con frecuencia para
neutralizar el síndrome de abstinencia en las primeras fases de la
desintoxicación en casos de alcoholismo y drogadicción. Otra de las plantas muy utilizadas es el Tabaco (Nicotiana rústica),
también como brebaje emético, que provoca una depuración del cuerpo en general,
especialmente en la zona pectoral y vías respiratorias, además de despejar y
dar claridad a nivel mental, empleado también en casos de adicción al tabaco.
Es importante mencionar que a diferencia de lo que ocurre en nuestra
cultura occidental donde el vómito tiene asociada una connotación negativa,
medicinas tradicionales dispares como la Amazónica y el Ayurveda (Panchakarma)
por ejemplo, coinciden en que es sumamente importante realizar purgas con
regularidad a fin de desintoxicar no solo a nivel físico sino también a nivel
psíquico y emocional, descargando y eliminando del cuerpo tanto impurezas y
toxinas como emociones negativas.
Las
sesiones de Ayahuasca
Al día siguiente,
se almuerza algo liviano y por la noche se participa en una ceremonia de
Ayahuasca, llamada la planta “maestra de maestras”. Las ceremonias son
generalmente grupales y siempre dirigidas por un maestro curandero. No es mi intención en este artículo hacer referencias
históricas, antropológicas o bioquímicas acerca de la Ayahuasca y sus usos,
debido a que existen ya muchos estudios y documentación al respeto, tan solo
apuntar que la Ayahuasca, mixtura y
descubrimiento ancestral de los indígenas amazónicos, representa la base de las
medicinas tradicionales de la Amazonía. La realización
de sesiones de Ayahuasca durante el proceso de la dieta varia según estima cada
curandero. Así como algunos prefieren hacer solamente una sesión al inicio del
retiro, otros realizan una al principio y otra al final para cerrar el retiro.
También algunos consideran apropiado incluir sesiones durante la dieta
aprovechando que la persona, según su vocabulario, se encuentra “abierta”.
El retiro
Después de la primera sesión de Ayahuasca, empieza el retiro.
Este puede ser de varios períodos, desde 7 días a dos semanas, un mes o más,
dependiendo del propósito de la dieta. Durante este
periodo el dietador permanece en total aislamiento internado en la selva en un
tambo (choza o cabaña rústica) individual, que consiste en un techo de hojas de
palmera, un colchón con su mosquitera, una hamaca en el mejor de los casos y un
agujero en el suelo donde hacer sus necesidades.
La comida durante este periodo es
parca, neutra, y consiste en arroz o avena hervidos, sin sal, azúcar ni
condimentos, algún plátano verde asado o hervido. Se exige total abstinencia
sexual, el contacto con otras personas, evitar cualquier exceso de esfuerzo
físico, psíquico, exposición al sol, al agua, al fuego y ciertos sabores y
olores, incluidos los útiles de aseo. Cada día el
dietador bebe un remedio vegetal que prepara el curandero, a base de las
llamadas “plantas maestras”, y la elección se realiza en base a los
requerimientos psicofísicos, momento de su proceso personal, características de
la planta y efectos deseados. Encontramos similitudes entre los conceptos de
los curanderos amazónicos y los orientales, hay plantas yin o yang, femeninas o
másculinas, que enfrían o calientan, y hay que tener especial cuidado en la
selección de la planta que se va a dietar a fin de no reforzar estructuras no
deseadas o ablandar estructuras ya de por si débiles.
Durante este proceso el único contacto
con terceros son las breves visitas del "maestro curandero" y la
persona encargada de traer la comida. La mayor parte del tiempo transcurre tumbado
en la hamaca, en un estado intermedio entre la vigilia y el sueño. La soledad,
el calor, los sonidos de la selva, los mosquitos, el hambre y la baja de sodio
favorecen un estado de conciencia en que el contacto con uno mismo y con la
Naturaleza es total. Este estado propicia que las resistencias psíquicas vayan
debilitándose, permitiendo una mayor
entrega al proceso y facilitando el encuentro con el “sanador interno”.
Algunas plantas maestras
que se utilizan en la dieta y sus efectos según el conocimiento empírico de los
médicos vegetalistas de la Amazonía peruana:
Ajo Sacha (Mansoa stendlyi): Planta macho. Tonifica, da calor y
fortalece. Refuerza la voluntad, la
autoestima y la capacidad de decisión.
Ayahuasca (Banisteriopsis
caapi): Planta hembra. Provoca muchos sueños, visiones e insigths.
Sensación de salir del cuerpo, viajar mentalmente y comunicación a distancia.
Bubinzana (Calliandra angustifolia): Planta hembra. Apertura y mayor
comunicación afectiva. Enraíza, tranquiliza y suaviza los sentimientos.
Chiricsanango (Brunfelsia
grandiflora): Planta macho. Trabaja los miedos, el frío físico y
afectivo. Aumenta la confianza en uno mismo.
Bachufa (varia cortezas): Combinación de
plantas macho. Vigoriza y fortifica la
voluntad, el sentido de la vida, la
confianza en uno mismo, libertad y la propia fuerza. Endereza.
Chuchuhuasi (Maytenus
krukovii): Planta macho. Restituye el “centro”. Tonifica. Corrige la
rectitud, endereza.
Tabaco (Nicotiana rústica): Planta macho. Depura y fortalece el cuerpo físico, provoca claridad psíquica, protección energética. Refuerza el trabajo de otras plantas. Facilita la eliminación de secreciones de las vías respiratorias. Estimula la actividad onírica.
Uchusanango (Tabernaemontana sananho): Planta macho. Tonifica y
fortifica, afirma la voluntad, rectificación de errores, clarifica y concretiza
para planes futuros. Sensación de
eliminación de pensamientos y sentimientos negativos (purificación por el
fuego). Refuerza la libido.
Ushpawashasanango (Tabernaemontana undulata): Planta hembra. Reconecta con
la memoria afectiva, recuerdos negativos pero también positivos y trabaja el
equilibrio emocional. Descarga afectiva, hipersensibilidad, sensibiliza.
Resulta sorprendente observar lo predecibles que son los efectos de estas
plantas, sobretodo a nivel psico-emocional, a pesar de la particularidad de
cada individuo y su propio proceso personal. Además de los efectos en los
niveles más sutiles, sus principios activos y componentes fitoquímicos también
trabajan sobre el cuerpo físico: para fortalecer el sistema osteomuscular,
tratar el reumatismo, sistema inmunológico, como antiinflamatorio, vigorizante,
desintoxicante, etc.
Se cree que mediante la dieta es
posible tomar contacto con el espíritu de la planta y que su “fuerza” entra en
el cuerpo y forma parte de la persona que la dieta. Algunas personas descubren
sus aptitudes y empatía con ciertas plantas medicinales precisamente durante
una dieta que realizan para sanar alguna dolencia o enfermedad, al punto que
muchos curanderos se iniciaron en el curso de una dieta mientras se curaban
ellos mismos.
El último día del retiro, se realiza el
ritual de cierre de dieta, generalmente por la mañana. El "maestro"
sopla con tabaco “icarado”1 en los puntos energéticos del dietador y le da una
mezcla de limón, ajo, cebolla picada, tomate y sal, o simplemente una cucharada
de sal. El efecto reconstituyente del sodio se siente de inmediato. Cerramos
con ello la “puerta” que abrimos al iniciar la dieta.
Una vez
cerrada la dieta, es aconsejable un regreso a la vida cotidiana de una forma
gradual, y hay que prestar especial atención a la etapa de post-dieta, pues
para evitar la aparición de efectos adversos hay que respetar y seguir unas
normás estrictas, que no son fáciles de llevar una vez finalizado el retiro y
el dietador ha regresado a su vida cotidiana. El
período habitual es de 15 días sin azucares de ninguna clase, carne de cerdo,
condimentos fuertes, alcohol, drogas o medicamentos químicos, y evitando olores
fuertes como perfumes, jabones químicos y ambientes cargados. La abstinencia
sexual total deberá ser de 30 días una vez finalizada la dieta. Transgredir estas reglas, aunque sea de forma involuntaria, se
denomina “cruzar la dieta” y las implicaciones pueden ser más o menos graves,
dependiendo de la planta que se ingirió y la magnitud de la transgresión.
Generalmente se manifiesta empeorando el cuadro que se pretendía curar, y puede
comprender malestar físico, cefalea, nerviosismo, irritabilidad, miedo, agresividad
e incluso cuadros más complicados a nivel físico, psíquico y neurológico. En
estos casos se deberá efectuar una corrección lo más pronto posible, que puede
consistir desde una manipulación por parte del curandero (baños de plantas,
sopladas o “icaradas” con tabaco), hasta
una purga o la repetición de la dieta.
A pesar de que
utilizan un lenguaje en ocasiones poco comprensible para la mente racional occidental, es fascinante el saber ancestral
de estos “médicos vegetalistas” en el conocimiento de las plantas y su fino
manejo, así como la acción de sus tratamientos sobre las causas en vez de sobre
los síntomás, y la visión holística del ser humano como parte de la Naturaleza,
visión compartida por todas las medicinas tradicionales.<br /><br
/>Los avances científicos de la medicina alopática son innegables, aunque
cada vez hay más evidencias de que también hemos olvidado “algo” en el camino
del progreso. Sería positivo que sin renunciar a estos avances, recuperásemos
el concepto hipocrático Vis Natura Medicatrix,
según el cual la fuerza vital sanadora es la propia Naturaleza, y la
labor del médico sería favorecer un entorno adecuado y proporcionar los medios
para que esta fuerza vital de la Naturaleza, presente en el ser humano como
parte de ella, lleve a cabo su proceso
con la máxima eficiencia.
(1)
Icaro: Cantos curativos utilizados por los “maestros curanderos” en los
trabajos rituales. La acción de “icarar” implica “cargar” con la energía del
curandero pócimás o tabaco.